Otra razón para amar la leche materna: protege contra la contaminación ambiental

Los recién nacidos menores de cuatro meses corren un riesgo especial de sufrir problemas de desarrollo mental y motriz por la exposición a contaminantes ambientales transportados por el aire. Las partículas transportadas por el aire y el dióxido de nitrógeno pueden causar riesgos graves, pero no se encuentran en el caso de los bebés que están en edad de nacer.

Una mirada a los efectos de los contaminantes del aire en el desarrollo infantil
Un estudio realizado por investigadores en España en la Universidad del País Vasco descubrió que los bebés amamantados no se vieron afectados por problemas de desarrollo potencialmente dañinos por el dióxido de nitrógeno y las partículas contaminantes en sus primeros cuatro meses de vida.

La investigadora principal, Aitana Lertxundi, realizó el estudio en el marco de INMA (Infancia y Medio Ambiente), un proyecto español para estudiar el efecto de la contaminación ambiental en los niños que dirige Jesús Ibarluzea, del Departamento de Salud del Gobierno Vasco.

El objetivo del estudio fue determinar los efectos sobre la salud durante el embarazo de la exposición a la contaminación ambiental, así como la importancia de la dieta en el desarrollo físico y neuroconductual del bebé.

El enfoque principal se centró en los efectos de la exposición a partículas contaminantes y contaminantes atmosféricos de dióxido de nitrógeno en el desarrollo mental y motor temprano de los bebés.

Estudio de niños desde la etapa prenatal hasta los 15 meses
Esta investigación es la más reciente y significativa sobre el efecto de las partículas contaminantes en el desarrollo de la capacidad motora de los bebés desde la etapa prenatal hasta los 15 meses de edad. Además, fue la última investigación en profundidad sobre los efectos del dióxido de nitrógeno en el desarrollo mental desde la etapa prenatal hasta los 15 meses de edad. La investigación se ha llevado a cabo desde que comenzó en 2006.

“En la fase fetal el sistema nervioso central se está formando y carece de suficientes mecanismos de desintoxicación para eliminar las toxinas que se acumulan”, explicó Lertxundi.

Las partículas contaminantes son cuatro veces más delgadas que un cabello humano y, debido a su tamaño, permanecen suspendidas en el aire. Penetran fácilmente en el cuerpo y pueden viajar lejos del lugar de emisión inicial. Las partículas neurotóxicas estudiadas estaban compuestas de arsénico, manganeso y plomo, procedentes tanto del tráfico como de fuentes industriales.

Los participantes del estudio residen todos en los valles del Goierri-Alto y Medio Urola del País Vasco, que están fuertemente industrializados y contienen una gran autopista.

Los bebés amamantados no sufrieron efectos nocivos
Los resultados del estudio sí mostraron una relación inversa entre el desarrollo motor de los bebés y la exposición a partículas contaminantes. El equipo de investigación destacó que “estos índices presentan una alteración respecto a la media y, aunque no son preocupantes, son significativos en cuanto revelan la relación existente entre la calidad del aire y el desarrollo motor”.

Curiosamente, los datos revelaron que los bebés que habían bebido leche materna durante al menos cuatro meses no experimentaron ningún efecto nocivo causado por partículas contaminantes o dióxido de nitrógeno.

—El diario alternativo

Fuentes:
http://www.sciencedaily.com/releases/2015/05/150522083414.htm
http://www.ehu.eus/en/en-content/-/asset_publisher/l57S/content/n_20150520_lactancia-contaminacion

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