Cómo tejer puede beneficiar tu salud

Tejer uno, tejer dos al revés. Tejer es bueno para la salud. Tejer es una actividad social, participativa y puede hacer que te olvides de los problemas. Como puedes hacer cosas, hay una sensación de logro al terminar un proyecto. Digámoslo de una manera sencilla: tejer cosas de verdad te hace sentir bien.

Los científicos están de acuerdo y han descubierto aún más beneficios para la salud relacionados con esta artesanía.

Los estudios demuestran que tejer puede activar el cerebro y protegerlo de algunas enfermedades a medida que envejecemos. Tejer puede ser divertido y hacerte feliz. Descubramos algunas nuevas “reflexiones” sobre los beneficios de tejer.

Tejer activa el cerebro

Según el Dr. Alton Barron, profesor clínico asociado de cirugía ortopédica, aproximadamente el 60 por ciento de la superficie del cerebro está dedicada al uso de las manos. Las manos son importantes al tejer; de hecho, se utilizan ambas al mismo tiempo. Al tejer, no solo se utilizan las dos manos, sino también los dos lados del cerebro.

El Dr. Barron continúa diciendo: “De hecho, se pueden crear nuevas vías neuronales”, porque tejer es una actividad que se realiza con ambas manos. Tejer es bueno para el cerebro .

Tejer es social

Tejer ofrece muchas posibilidades de socializar. Puedes invitar a gente a tejer en tu casa o unirte a un grupo de tejido local. Tejer te da la oportunidad de interactuar con otras personas. Si nunca has tejido antes, tejedoras más experimentadas pueden compartir algunos consejos. Si ya has tejido antes, puedes aprender nuevas técnicas de tejido y visitar a tu grupo de amigos más unido.

Tejer ayuda a la salud del cerebro

Tejer puede ayudar a mantener la salud cerebral a medida que envejecemos. Hacer esta manualidad puede reducir las probabilidades de sufrir deterioro cognitivo leve (DCL). El DCL es una enfermedad cerebral en la que las personas aún pueden realizar funciones cotidianas, pero tienen problemas de pérdida de memoria. Un estudio publicado en el Journal of Neuropsychiatry and Clinical Neurosciences demostró que tejer y otras actividades cognitivas reducen las probabilidades de sufrir DCL.

También se ha demostrado que esta actividad reduce el riesgo de demencia . Un estudio publicado en el Journal of the American Geriatrics Society descubrió que las personas mayores que tejían con regularidad mostraban una tasa significativamente menor de demencia.

Cualquiera puede aprender a tejer

Esta manualidad la puede hacer todo el mundo. Los proyectos de tejido no tienen por qué ser difíciles ni complejos. Empezar con una bufanda sencilla es una buena forma de aprender y desarrollar habilidades antes de abordar proyectos más grandes, como un jersey o una manta. El hilo tampoco tiene por qué picar: puedes encontrar lanas suaves y sedosas para hacer ese elegante gorro. Hacer manualidades puede ser un buen momento para sentarse y conectarse con un miembro de la familia mayor o menor y divertirse un poco.

Tejer puede distraer la ansiedad

Tejer requiere concentración y utiliza nuestras habilidades visoespaciales. Esta actividad requiere concentración. Si prestas atención mientras tejes, puedes distraerte de tus problemas. Un estudio de 2009 realizado en la Universidad de Columbia Británica respalda esta teoría. Los resultados preliminares del estudio mostraron que tejer benefició a un grupo de niñas que se recuperaban de trastornos alimentarios al “reducir sus preocupaciones ansiosas sobre la comida, el peso y el control de la figura”.

Los tejedores se perciben más felices

Tejer puede ser una actividad que te ayude a mantenerte en equilibrio. Te sientes más feliz cuando haces una actividad que realmente disfrutas; te sientes bien mientras la haces y te sientes orgullosa de lo que has logrado. Otras tejedoras coinciden: una encuesta realizada a más de 3500 tejedoras de todo el mundo mostró una correlación entre tejer y sentirse feliz.

Sigamos el ejemplo de la abuela y probemos esta manualidad milenaria. Si eres principiante en el tejido, es fácil de aprender. Así que tejemos uno y tejemos dos al revés.

—Nikki Walsh

Nikki Walsh es una escritora independiente y madre de dos niños que vive en el sur de California. Tiene un máster en marketing de la Universidad de California, Irvine y una licenciatura en bioquímica de la UCSD. Practica la meditación Kelee desde hace 19 años. Cuando no está escribiendo, se la puede encontrar fuera y divirtiéndose con sus hijos.

Fuentes:
http://www.craftyarncouncil.com
http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/21677242
http://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/j.1532-5415.1995.tb06093.x/abstract
http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/19367130
http://bjo.sagepub.com/content/76/2/50.short

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