7 maneras sencillas de recuperarse y bajar el ritmo
A veces nos enfrascamos tanto en nuestra rutina y en estos problemas que nos olvidamos de dar un paso atrás, reevaluar y hacer cambios que podrían beneficiar nuestras vidas y nuestros niveles de estrés. Y resulta que hay algunas formas sencillas y efectivas de hacerlo: ¡solo hace falta un poco de esfuerzo e intención!
1. Haz una cosa a la vez
Por alguna razón, nuestra cultura glorifica la multitarea. Come mientras trabajas o conduces, trabajas mientras hablas por teléfono, envías mensajes de texto mientras almuerzas. Cuantas más cosas podamos hacer a la vez, más tiempo ahorraremos, parece ser la idea. Cambiar a un estilo de vida en el que solo hagas una cosa a la vez podría ser la política más importante y eficaz que puedas implementar para que tu vida sea menos estresante.
Muchos también descubren que cuando se concentran en realizar una sola tarea a la vez, la realizan mejor que si estuvieran haciendo varias cosas a la vez o distraídos. Elija algo en lo que trabajar y luego apague el televisor, guarde el teléfono, desactive todas esas notificaciones innecesarias de las redes sociales y haga solo esa cosa.
2. ¡Limpieza de primavera!
Y cuando decimos limpieza, nos referimos a deshacernos de cosas. Tener muchas cosas significa más facturas que pagar, más cosas que limpiar y mayores probabilidades de que tu espacio vital (y mental) se sienta desordenado y caótico. Intenta deshacerte de al menos el 10 % de lo que tienes, teniendo en cuenta que la mayoría de nosotros haríamos bien en desprendernos de mucho más.
Para ello, dedica un día a cada habitación de tu casa. Examina cada objeto de esa habitación y piensa si favorece, perjudica o es neutral respecto de tu felicidad y paz mental. Deshazte de todos los detractores, junto con los neutrales que no sean funcionales de alguna manera.
3. Haz un cambio saludable por mes
Muchos de nosotros tendemos a hacer cambios en nuestro estilo de vida como si fuéramos a participar en una carrera olímpica de velocidad. Intentamos cambiar nuestra dieta, empezar a hacer ejercicio, dejar de fumar y ser mejores cónyuges y padres, todo al mismo tiempo. Para la gran mayoría de las personas, esto no funciona. En cambio, nos genera más estrés y decepción el no poder llevar a cabo todos (o algunos) de los cambios.
El cambio de estilo de vida es mucho más eficaz si se trata de ir despacio y con constancia. Elige un cambio, por ejemplo, tratar de comer de forma más sana, y céntrate solo en ese cambio durante un mes. Al mes siguiente se habrá convertido en un hábito y no tendrás que poner tanto empeño ni energía en ello. ¡Luego podrás pasar al siguiente cambio!
4. Identifica tus factores estresantes
No podemos reducir nuestros niveles de estrés si no sabemos qué es lo que nos estresa en primer lugar, y muchos de nosotros no lo sabemos. Algunos factores estresantes son obvios, como una enfermedad o una agenda apretada, pero otros lo son menos, como tener expectativas poco realistas para uno mismo y para los demás. Tómate un tiempo para dar un paso atrás y examinar tu vida y tu rutina, cómo te sientes a lo largo del día, cómo te has sentido a lo largo de los últimos años y cómo te sientes con respecto a las personas que forman parte de tu vida.
Busque los puntos en común entre las cosas que le hacen sentirse feliz y relajado y las que le hacen sentir estrés. Medite sobre ellas. Una vez que conozca sus desencadenantes, será más fácil abordarlos y es posible que descubra que la principal causa de su estrés son sus propias expectativas sobre usted mismo y los demás.
5. Reevalúa tu agenda
Al igual que tener demasiadas cosas, programar demasiadas actividades puede deprimirte. Mira tu calendario semanal y, al igual que hiciste con tus cosas, decide qué es beneficioso para tu felicidad y qué no. Elimina las cosas que no lo son. Es importante incluir a tu cónyuge o a tu familia en este proyecto, para que puedan llegar a un consenso grupal sobre lo que es necesario y lo que no.
6. Ejercicio
El ejercicio alivia el estrés acumulado, ayuda a prevenir el estrés futuro (porque no estar sano y en forma es estresante), te da un tiempo muy necesario para ti y aporta un montón de beneficios para el cuerpo y la mente. Si quieres, intenta que un plan de ejercicio regular y sostenible sea tu primer “cambio saludable del mes”.
7. Ayudar a los demás
Sí, el voluntariado o ayudar a los demás puede parecer una actividad más que añadir a tu ya de por sí ajetreada y estresante vida, pero los estudios han demostrado que ayudar a los demás puede reducir el estrés y aumentar la felicidad. Puedes ayudar a los demás de una manera más oficial con trabajo voluntario, o puedes simplemente intentar estar más presente y feliz cuando haces favores a familiares y amigos.
¡Todos estos cambios son totalmente factibles y valen la pena! Pero llevarán algo de tiempo. Como dijimos antes, concéntrate en una tarea a la vez y tómalo día a día. Puede que te lleve un año o más hacerlos todos, pero la clave es no desanimarte y continuar, de forma lenta y constante.
-El Diario Alternativo
Fuentes:
http://stress.about.com/od/positiveattitude/qt/helping.htm
http://www.forbes.com/sites/neilkane/2014/09/26/the-spirituality-of-less-stuff
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