8 remedios naturales para el picor del cuero cabelludo y la caspa
Hay pocas cosas más vergonzosas que mirarse la camisa y ver que los hombros están cubiertos de escamas blancas. La caspa es un grave error social y, además, resulta totalmente desagradable.
El picor del cuero cabelludo también puede resultar muy incómodo e incluso doloroso, ya que se enrojece y se irrita. Son afecciones que todos queremos evitar, pero que muchas personas padecen.
Entonces, un pequeño cuestionario sorpresa: ¿cuál es la cura para la caspa? ¿El nombre de un champú popular y muy publicitado fue lo primero que se te ocurrió?
Si es así, no es ninguna sorpresa. La industria de la salud y el bienestar está repleta de tratamientos como estos, que brindan alivio a corto plazo. Pero ¿sabías que los champús anticaspa en realidad no abordan la causa raíz de la caspa?
Mucha gente piensa que la caspa es consecuencia de la piel seca, ya que es más común durante el invierno. Tal vez el clima frío, el aire seco en interiores de la calefacción central y el uso de sombreros provoquen la descamación del cuero cabelludo.
En realidad, la caspa se desarrolla en entornos con piel más grasa. Esto se debe a que la caspa es causada por un crecimiento excesivo de un hongo llamado Malassezia furfur . Otro nombre para esta afección es dermatitis seborreica. Si analizamos este nombre, indica una inflamación de la piel relacionada con las glándulas sebáceas.
De manera similar a la levadura cándida, la Malassezia siempre vive en la superficie de nuestra piel hasta cierto punto. Sin embargo, ciertas condiciones permiten que crezca sin control y cause problemas en la piel. La levadura Malassezia utiliza los ácidos grasos del sebo, que es la sustancia cerosa que produce nuestra piel.
El sebo es la barrera protectora que producen las glándulas sebáceas, que se encuentran cerca de los folículos pilosos en todo el cuerpo. En las zonas con más pelo hay más glándulas sebáceas y, por tanto, más sebo. Por eso, las rojeces y las escamas de la caspa pueden aparecer en la cabeza, pero también en otras zonas, como los pliegues de la nariz, las axilas, las ingles o el ombligo.
Malassezia se concentra en estas zonas ricas en sebo, donde consume ácidos grasos saturados específicos y deja grasas insaturadas. Estas grasas insaturadas modificadas son irritantes y proinflamatorias para la piel. Esto es lo que vemos en un caso grave de sobrecrecimiento fúngico que causa descamación y caspa.
Entonces, ¿por qué proliferan estas levaduras? Todos tenemos nuestro propio microbioma individual, que es como un ecosistema bacteriano formado por miles de millones de microorganismos que viven sobre y dentro de nuestros cuerpos. Está formado por muchas especies diferentes, que idealmente coexisten en un equilibrio seguro y saludable.
Es posible que hayas oído que entre el 70 y el 80 por ciento del sistema inmunitario reside en el intestino y que cuenta con el apoyo de las bacterias beneficiosas que viven en él. Cuando el microbioma está desequilibrado y el sistema inmunitario está comprometido, las especies oportunistas, como la levadura malassezia, pueden proliferar sin control. No hay suficientes bacterias buenas para combatirlas cuando el sistema inmunitario está debilitado.
El microbioma funciona como un todo, por eso tratar la caspa localmente con un producto como una crema con esteroides o un champú antimicótico no solucionará el problema. Si el sistema inmunológico no funciona correctamente, la levadura seguirá proliferando y el problema de la caspa se perpetuará.
Los productos comerciales para la caspa no solo no abordan la causa principal, sino que también pueden ser altamente tóxicos. Los champús y los productos de cuidado personal están plagados de sustancias químicas como sulfatos, ftalatos y parabenos, que han demostrado tener muchos efectos negativos, como la acumulación en los órganos humanos y la alteración del equilibrio hormonal. Es evidente que es mejor evitarlos, ya que existen muchas alternativas naturales.
De lo anterior se desprende que la verdadera solución para el crecimiento excesivo de hongos, que causa enrojecimiento, picazón y caspa en el cuero cabelludo, no reside en una solución farmacéutica provisional, sino en reforzar el sistema inmunológico.
Es posible que hayas notado que la caspa es más común en invierno. Esto coincide con muchas otras enfermedades comunes, como los resfriados y la gripe, a las que todos parecemos sucumbir en los meses más fríos. Los científicos creen que todo esto se debe a un sistema inmunológico debilitado como resultado de una menor producción de vitamina D durante el invierno.
Otras causas de deterioro de la inmunidad durante el invierno pueden ser el consumo poco saludable de alimentos y alcohol, el impacto del clima frío o el estrés por el frenesí de actividad durante las vacaciones. Todos estos factores pueden provocar daños en el microbioma y una menor capacidad para combatir los gérmenes desagradables, ya sean bacterias estreptocócicas, virus de la gripe o simplemente las levaduras que siempre están presentes en la piel.
Para evitar que las bacterias oportunistas y patógenas se apoderen del organismo, debemos adoptar hábitos de vida y dieta que favorezcan el crecimiento de las bacterias beneficiosas para que el sistema se mantenga en equilibrio. Cuando las bacterias beneficiosas prosperan, pueden mantener a raya a las dañinas y todas las especies coexisten como deberían.
Podemos utilizar una combinación de técnicas naturales tanto en el interior como en el exterior del cuerpo para ayudar a reforzar el sistema inmunológico y equilibrar el microbioma.
Recomendaciones nutricionales para eliminar la caspa
Se ha demostrado que el consumo de
bacterias beneficiosas (ya sea en forma de suplementos probióticos o alimentos fermentados y cultivados) ayuda en gran medida a combatir la caspa. Un estudio determinó que los síntomas se redujeron en un 70 por ciento después de un mes de uso de probióticos. Aumentar los niveles de bacterias beneficiosas en el intestino ayudará a mantener bajo control las cepas oportunistas como las malassezia.
Prebióticos
Es importante tener en cuenta que no basta con consumir bacterias buenas. También debemos fomentar su capacidad de establecerse o colonizar nuestro tracto gastrointestinal proporcionándoles sus fuentes de alimentos preferidas. Aquí es donde entran en juego los alimentos fibrosos y ricos en almidón.
Se denominan prebióticos porque crean un entorno propicio para que los probióticos entren y colonicen el organismo. Entre las buenas fuentes de prebióticos se encuentran los plátanos verdes, el almidón de patata y la raíz de achicoria. La leche materna contiene naturalmente altos niveles de prebióticos, que se consideran vitales para el desarrollo del microbioma de los recién nacidos.
Comer alimentos ricos en fibra prebiótica ayuda a garantizar que esas bacterias beneficiosas sigan creciendo y mantengan el sistema inmunológico funcionando bien.
Omega 3
Se ha sugerido que los tipos de grasas que se consumen pueden afectar la prevalencia de la caspa. El desequilibrio generalizado de ácidos grasos omega-6 frente a omega-3 en la dieta estadounidense estándar suele achacarse al aumento de la inflamación y muchas dolencias.
Dado que la malassezia vive de las grasas de la piel, tiene sentido que ajustar la ingesta dietética hacia grasas más saludables pueda mejorar esta afección. Los ácidos grasos omega-3 se pueden consumir a partir del aceite de linaza, el aceite de nuez y el pescado de agua fría, como el salmón, las sardinas y la caballa. Las grasas omega-6 se deben minimizar, ya que ya son demasiado comunes en la dieta occidental promedio. Los omega 6 son comunes en aceites como la soja, el maíz, la canola, el girasol y el cártamo.
Aceite de coco
El aceite de coco tiene muchas propiedades sorprendentes, incluida la capacidad de combatir virus y bacterias. Consumir aceite de coco y también aplicarlo tópicamente podría ayudar a fomentar un equilibrio saludable en el microbioma tanto en el intestino como en la superficie de la piel.
Tratamientos superficiales para la caspa
Si bien es importante favorecer el equilibrio bacteriano interno, también podemos utilizar tratamientos tópicos para reducir los síntomas y signos de la caspa.
Los profesionales de la salud holística suelen recomendar el uso de un enjuague para el cabello y el cuero cabelludo que contenga antimicóticos naturales para reducir el crecimiento de bacterias oportunistas. Agregue una pequeña cantidad de cualquiera de las siguientes sustancias a dos tazas de agua y úselas en las áreas afectadas para ayudar a aliviar la picazón y la descamación. Y no dude en experimentar, ya que interactuarán de manera diferente con el microbioma de cada individuo:
· Vinagre de manzana
· Aceite de orégano
· Bicarbonato de sodio
· Jugo de limón
· Gel de aloe vera
· Aceite de árbol de té
· Aceite esencial de lavanda
· Aceite de jojoba
· Miel cruda
Un estudio de 2001 descubrió que la picazón y la descamación se aliviaron en una semana con el uso de miel cruda, y las lesiones de la piel desaparecieron en dos semanas.
No dudes en utilizar una versión diluida de cualquiera de estos tratamientos naturales en toda la piel, no solo en el cuero cabelludo, ya que el microbioma está presente en todo el cuerpo. Puede parecer un poco desagradable, pero es increíble lo que estas pequeñas bacterias pueden hacer.
Ahora que ya sabes qué hay detrás de la caspa, ponte manos a la obra para hacerte amigo de esas bacterias buenas. Puedes ponerlas a trabajar para prevenir todo tipo de problemas de salud. ¡Aliviar la caspa es solo el principio!
—Liivi Hess
Liivi es una Coach de Salud y Nutrición Integrativa y se está formando para convertirse en doula. Inspira a las mujeres a encontrar la paz y el poder personal al tomar el control de la salud y la fertilidad de forma natural. La pasión de Liivi es la nutrición ancestral y el diseño de estilos de vida primarios. Ella y su pareja, Will, viven entre Toronto, Canadá y Queenstown, Nueva Zelanda.
Fuentes:
http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/11485891
http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3171853
http://www.huffingtonpost.com/kristen-colon/dandruff-remedies_b_4537371.html
http://www.nature.com/jid/journal/v64/n6/abs/5617249a.html
http://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/j.1365-2133.1984.tb04050.x/abstract
http://journal.scconline.org/abstracts/cc1964/cc015n11/p00609-p00630.html
http://europepmc.org/abstract/med/11306850
http://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/j.1365-2133.1985.tb02314.x/full
http://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1046/j.1365-2230.1997.d01-231
.x/abstract http://europepmc.org/abstract/med/16382662
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