10 tipos de leches vegetales que puedes preparar en casa
En la última década, las ventas de leches vegetales han aumentado. Sin embargo, muchas de ellas tienen un precio elevado, aditivos y exceso de azúcar. ¿Por qué no preparar la tuya en casa con algunos productos que ya tienes en la cocina?
Si bien la leche orgánica regular tiene una serie de beneficios para la salud, algunas personas optan por no beberla por diversas razones. Los veganos, las personas con sensibilidades alimentarias y otras personas que simplemente prefieren leches vegetales llevan mucho tiempo explorando opciones alternativas de leche, y hay muchas excelentes para elegir.
Las leches vegetales pueden contener una gran cantidad de nutrientes si se elaboran a partir de ingredientes de origen vegetal. Muchas de las leches vegetales que se comercializan, elaboradas con ingredientes de origen vegetal como frutos secos y semillas, son orgánicas y de alta calidad. Sin embargo, otras no son tan saludables.
Algunas leches vegetales comerciales que se venden en las tiendas contienen aditivos como gomas, aceites refinados y rellenos con fines de estabilización. Muchas también contienen un aditivo controvertido que puede alterar la función intestinal: la carragenina . La carragenina es un tipo de alga marina que, cuando se procesa incorrectamente, puede provocar inflamación intestinal e incluso síntomas relacionados con el síndrome del intestino irritable.
Si bien existen opciones orgánicas de alta calidad, suelen ser costosas. Entonces, ¿por qué no preparar en casa tus leches vegetales favoritas?
Todo lo que necesitas es una licuadora de alta velocidad, un poco de agua limpia y filtrada y los ingredientes de tu elección.
A continuación se presentan 10 ingredientes que puedes convertir fácilmente en excelentes leches no lácteas:
Almendras
Las almendras son la base más popular de las leches vegetales en la actualidad. Son una gran fuente de magnesio, calcio y potasio, además de grasas saludables. Para preparar la tuya, utiliza 1 taza de almendras con 3 tazas de agua filtrada y 1 cucharadita de un edulcorante natural como miel cruda, savia de coco o jarabe de arce puro. También puedes utilizar un par de gotas de extracto de vainilla puro, si lo deseas.
Para preparar la leche: remoja algunas almendras durante la noche, escúrrelas por la mañana y licúalas con el agua y el edulcorante durante 2 minutos completos. Cuela la leche a través de una bolsa para leches de frutos secos o una gasa sobre un bol grande, exprimiendo la leche poco a poco. Puedes guardar la pulpa que quede en la bolsa para hornear muffins o panqueques sin cereales.
La leche durará 3 días en el refrigerador y se puede guardar en frascos de vidrio para almacenarla fácilmente.
Semillas de girasol
Las semillas de girasol son una excelente opción si eres alérgico a los frutos secos. Deberás utilizar 1 taza de semillas de girasol por cada 3 tazas de agua. Sigue las mismas instrucciones para la leche de almendras, ya que estas semillas también deben remojarse y escurrirse. El proceso de remojo ayuda a ablandarlas y realza el sabor.
Las semillas de girasol son una gran fuente de magnesio, proteínas y vitamina E. Esta leche se conserva bien y dura alrededor de 3 a 4 días.
Miseria
¿Te gusta la mantequilla de maní? ¡Puedes hacer tu propia leche de maní! Intenta comprar maní orgánico o, si puedes, maní de la selva crudo, que está libre de las toxinas que pueden estar presentes en algunos tipos de maní que se venden en los Estados Unidos. No necesitas remojar el maní, simplemente mezcla 1 taza con 3 tazas de agua y sigue las instrucciones para hacer la leche descritas anteriormente.
Los cacahuetes son una gran fuente de vitamina B, proteínas, hierro y zinc. La leche de cacahuete se conserva durante 2 o 3 días en el frigorífico.
Avena laminada sin gluten
La leche de avena es un verdadero tesoro si nunca la has probado. Aunque tiene más carbohidratos que las leches de frutos secos, es especialmente relajante y maravillosa para el estado de ánimo y el cabello. La avena en hojuelas sin gluten es la mejor manera de preparar leche de avena, ya que se digiere más fácilmente y contiene más beneficios que las formas procesadas de avena, que podrían estar contaminadas con trigo.
La avena arrollada tiene un alto contenido de magnesio, triptófano y vitaminas B, que ayudan a calmar el estado de ánimo y reducir el estrés. La leche de avena también tiene un alto contenido de calcio, potasio y hierro. Remoje 1 taza de avena en agua durante la noche, escúrrala por la mañana y mézclela con 3 tazas de agua filtrada, ya sea sola o con un edulcorante natural de su elección.
Además, la leche de avena es ideal para lavar el cabello y la piel, ya que es rica en propiedades calmantes y antiinflamatorias. La leche de avena se conserva de 3 a 4 días en el refrigerador.
Pepitas (semillas de calabaza)
Las pepitas tienen un alto contenido de hierro, zinc, ácido fólico y proteínas, además de grasas omega-3 y cobre. Son una semilla fantástica para convertirlas en leche y no es necesario remojarlas de antemano. Elija semillas de calabaza orgánicas, preferiblemente de Estados Unidos, ya que algunas semillas importadas baratas pueden provenir de China, donde son propensas a la exposición a metales pesados.
La leche de semillas de calabaza es una leche dulce con sabor a nuez y un poco de color verde, pero que aún así es perfecta para preparar papillas, guisos y batidos. La leche de semillas de calabaza se conserva durante unos 3 o 4 días.
Anacardos
Los anacardos producen una leche particularmente cremosa y agradable, y son una gran fuente de hierro, magnesio y zinc. La leche de anacardos es la mejor opción si desea una leche cremosa y sutil que pueda usarse tanto en recetas dulces como saladas.
Para preparar leche de anacardo, asegúrese de dejar los anacardos en remojo durante la noche, pero no dude en omitir el proceso de escurrido por la mañana. No es necesario escurrirlos, ya que su piel no contiene enzimas agresivas que puedan inhibir la absorción de nutrientes.
Licúa 1 taza de anacardos con 3 tazas de agua filtrada (incluso el agua de remojo, si lo deseas). Endulza a tu gusto y conserva durante 3 o 4 días.
Leche de coco
La leche de coco, rica en grasas saludables y propiedades antibacterianas, es excelente para el sistema inmunológico y digestivo, y puede ayudar a regular el estado de ánimo gracias a sus ácidos grasos beneficiosos. Puedes preparar leche de coco de diferentes maneras y no es necesario remojarla.
Licúa ½ taza de mantequilla de coco cruda (puré de pulpa de coco) con 3 tazas de agua filtrada, o 1 taza de coco rallado con 3 tazas de agua filtrada. Cuela la leche como de costumbre, endulza si lo deseas y vuelve a mezclar. Esta leche se puede conservar hasta 5 días en el refrigerador, ya que tiene propiedades antibacterianas naturales que previenen la formación de bacterias.
Otra opción sería utilizar pulpa de coco fresca. Licúa 1 taza de pulpa de coco sin compactar con 3,5 tazas de agua y sigue las instrucciones anteriores. También se conserva durante 5 días en el refrigerador.
Semillas de cáñamo
Las semillas de cáñamo son una proteína completa , por lo que si buscas ganar masa muscular magra y asegurarte de obtener suficiente proteína, considera usar estas semillas mágicas para hacer leche. Las semillas de cáñamo no requieren remojo y producen una leche deliciosa con sabor a nuez.
Para prepararlo, mezcle 1 taza de semillas de cáñamo con 3,5 tazas de agua filtrada, agregue el edulcorante y cuele y ordeñe como de costumbre con una bolsa de leche de nueces. Esta bebida se conservará durante 4 días en el refrigerador y se puede usar en papillas, platos salados y batidos de todo tipo.
Dado que las semillas de cáñamo tienen un alto contenido de omega 3 y clorofila, esta leche también es un excelente limpiador antiinflamatorio para la piel si deseas una opción de belleza natural para agregar humedad a tu piel.
Semillas de lino
Es posible que hayas visto envases de leche de linaza en tu tienda de alimentos naturales local. Si bien estas opciones son bajas en calorías, para ser honestos, no son muy sabrosas. Las semillas de linaza también son muy propensas a ponerse rancias, por lo tanto, estas leches, que han sido calentadas, podrían no ser la mejor opción. El consumo de aceites rancios puede provocar inflamación.
Puedes preparar fácilmente tu propia leche de linaza procesada en frío en casa y no necesitas remojar las semillas antes de mezclarlas. Simplemente mezcla 1 taza de semillas de linaza crudas y frías (las marrones o doradas están bien) con 3 tazas de agua filtrada, luego cuélalas y mézclalas como de costumbre.
Recuerda siempre guardar las semillas de lino en un recipiente de color en el refrigerador, ya que se vuelven rancias a temperatura ambiente y cuando se exponen al aire y a la luz. Deberás guardar la leche de lino en una jarra de color, preferiblemente una que no sea de plástico. Una jarra de vidrio de color o un frasco de vidrio de color son buenas opciones.
Endulza a tu gusto y conserva hasta 4 días en el frigorífico. La leche de linaza casera es realmente muy sabrosa, con un sabor a nuez más dulce que las opciones compradas en la tienda. También es excelente para las hormonas y contiene propiedades anticancerígenas.
Quinoa
Las leches de quinoa también están apareciendo en las tiendas y, si no tienes mucho tiempo, estas leches de quinoa (siempre que sean orgánicas y no contengan aditivos) son una excelente opción y tienen un sabor agradable. Sin embargo, dado que esta leche es difícil de conseguir y bastante cara, ¿por qué no consideras prepararla en casa? ¡Es muy fácil de hacer!
Licúa 1 taza de quinoa blanca, roja o negra con 3,5 tazas de agua filtrada, un edulcorante de tu elección y una pizca de sal marina finamente molida (ayuda a atenuar los sabores amargos de la quinoa). No es necesario que remojes la quinoa antes de convertirla en leche, pero tendrás que enjuagarla bien, ya que la piel contiene componentes amargos conocidos como saponinas. ¡Enjuagarla durante unos minutos en un colador de té es una forma fácil de solucionar este problema!
La leche de quinua se puede conservar en el refrigerador durante 4 o 5 días y combina muy bien con platos dulces como muffins, panqueques, avena o gachas de quinua y batidos.
¿Qué pasa con la soja y el arroz?
En lo que respecta a la leche de soja, existen pruebas de que la soja sin fermentar puede ser perjudicial para el organismo de varias maneras. Por lo tanto, aunque no sea láctea, puede que sea mejor evitarla o, al menos, investigar primero sobre el tema para poder tomar una decisión informada.
Aunque puedes preparar tu propia leche de arroz, dado que el arroz debe cocinarse primero, puede ser un poco más laborioso. Sin embargo, ¡siéntete libre de experimentar si lo deseas! La mayoría de las leches de arroz requieren que remojes el arroz durante la noche, luego lo hiervas, lo cueles, lo enfríes y lo mezcles con 1 taza de agua filtrada.
Puedes hacerlo simple o endulzarlo y usarlo como más te guste.
Preparar tus propias leches vegetales en casa puede parecer un desafío, pero los beneficios valen la pena. Menos inflamación, mejor piel y digestión, y mejor funcionamiento hormonal son solo algunos de los beneficios que probablemente experimentarás. Si eliges opciones compradas en tiendas, asegúrate de elegir aquellas que no sean transgénicas y que no contengan carragenina, azúcares agregados (busca las que no tengan azúcar) ni glutamato monosódico.
¿Preparas tus propias leches vegetales? Si es así, ¡no dudes en compartir tu receta favorita!
—Heather McClees
Heather McClees es una periodista de salud profesional y nutricionista holística certificada de Carolina del Sur. Recibió su licenciatura en Ciencias de la Nutrición y Dietética, y su mayor pasión es ayudar a otros a descubrir el don de la salud holística, mostrándoles cómo crear recetas saludables basadas en sus comidas favoritas, aptitud física y yoga, y escritura creativa.
Fuentes:
http://www.dailymail.co.uk/femail/article-2790215/as-david-cameron-jumps-latest-food-fad-ditch-dairy.html
http://www.pcrm.org/health/cancer-resources/ask/ask-the-expert-dairy-products
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